jueves, 7 de abril de 2011

ESTAMOS HASTA EL PADRE!




No sé si podré escribir un texto que se parezca a lo que me ronda por la cabeza, un texto que diga, que decodifique, que proponga; quizá sólo logré escribir una serie de oraciones que no alcanzarán nunca a la idea. Sin embargo, escribo porque me parece importante escribir siempre ante la violencia, escribo a miles de kilómetros de distancia del suceso pero con las viseras enraízadas en aquellas latitudes, en México Gore.


Hace un par de días me llegó la noticia de que habían asesinado al hijo del poetaJavier, Sicilia un joven como muchxs otrxs asesinadxs por el fuego cruzado de la falsa guerra contra el narco, por el sadismo de los sujetos endriagos (criminales, sicarios, flora y fauna del proletariado gore) y por nuestra pasividad como ciudadanxs. Un joven, unx más de lox "oficialmente" 40,000 muertos de la guerra contra el narco.

No sé cómo se le puede hablar a un padre, ni a nadie, cuando se trata de duelo, porque como todxs sabemos el dolor es intransferible, pero también puede ser el espacio más cercano que nos conecta, porque todxs alguna vez, y de distintas maneras, hemos sido lastimadxs. Entonces, el dolor como un espacio de empatía posible, una forma de contacto, un recurso político que nos ayude a crear nuevas voces y transformaciones posibles no ante "la barbarie" y el horror de la violencia en México --entrecomillo "barbarie" porque no es la barbarie lo que provoca la violencia en nuestro país, creerlo así es asumir de forma míope que los otrxs son lxs barbarxs, sin darnos cuenta de que nosotrxs como excolonizadxs seguimos siendo ante los ojos de occidente lxs barbarxs, es decir, lxs otrxs. Pensar en barbarizar la violencia sería una lectura simplista y soberbia, una lectura plana del fenómeno, hecha a través de un prisma de siervos colonizados, de blanquimiento imaginario--.

El dolor como recurso político y espacio de agenciamiento crítico que permita pensar lo que subyace debajo de todas las muertes en México, desde las asesinadas de Ciudad Juárez hasta lxs muertxs de la guerra contra el narcotráfico. Y lo que subyace bajo esas muertes, lo que se impregna como un copyright en los cuerpos destruidos y las vidas segadas, se llama machismo y heteropatriacado.

Sí, ha leído usted bien: se llama machismo y heteropatriacado. Se llama obediencia absoluta hacia las demandas de la masculinidad hegemónica y del capitalismo voraz que nos dice a todxs: consume, luego existe, pero sobre todo exige a los varones que su únicas vías de legitimidad y certificación como "hombres"sean el empoderamiento económico y el ejercicio activo de violencia de baja o alta intensidad para vincularse con lxs otrxs. El machismo que es el pilar fundamental del estado "post-revolucionario", que toma la figura del "macho mexicano" y lo iconiza, es uno de los factores fundamentales para que la violencia en México sea lo que es en estos momentos, como afirmaba Denise Dresser: "las criaturas del Estado están devorando al Estado." Así es, la masculinidad hemónica y capitalista está dando un giro radical a nuestras vidas, nos está aniquilando tanto a hombres como a mujeres. Por eso, yo desde aquí y con el mayor respeto ante el dolor de este padre huerfano de hijo, les propongo a todxs que revisemos bien de cerca nuestro machismo, nuestra homofobia, nuestro desinteres político, nuestros privilegios de clase, de raza, de género y de preferencia sexual para poder articular una política no partidista sino participativa y de disidencia que no deje intactos dos de los pilares del Capitalismo Gore: el machismo y la intolerancia. Por eso también desde aquí les digo que la frase que debería enarbolar nuestras protestas no sea " estamos hasta la madre!" sino ESTAMOS HASTA EL PADRE! porque es desde esa contrucción autoritaria, machista y de propiedad sobre la vida de los otros donde emerge, se alimenta y reproduce la violencia del Capitalismo Gore en México y da como resultado todos estxs muertxs y todo este duelo generalizado en un país desangrado.

1 comentario:

  1. Interesante texto. Breve. Combativo. Certero en sus apreciaciones. No estarìa por completo de acuerdo en la visiòn que aquì se plantea pero sin duda que no estarìa dispuesto a negar que las formas culturales crean -entre otras cosas- los virus culturales (como la serpiente que muerde su cola), asì entonces, el machismo como creaciòn cultural es engendrador de violencia, prejuicio, abusos y una larga lista de males que aquejan a nuestra sociedad, a las sociedades, al mundo. No es lo ùnico, si es algo sumamente importante. Cada quien le tocarà hacer y decir lo que considere para que esto cambie, para que otro mundo sea posible.

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